Cuando se entrena, el cuerpo se calienta y suda para mantenerse fresco. Con el sudor se pierde agua y también sales minerales. Si no se repone a tiempo, es frecuente notar cansancio antes de lo normal, calambres, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse y sensación de calor excesivo. Una hidratación sencilla y bien planificada ayuda a rendir mejor y a terminar con buenas sensaciones.
Señales fáciles de reconocer, de que necesitas hidratación
- Sed persistente y boca seca.
- Orina oscura y en poca cantidad.
- Calambres o molestias musculares.
- Sensación de “cabeza espesa” y ritmo que cuesta sostener.
Idea clave: la sed suele llegar tarde. En sesiones largas o con calor compensa adelantarse con sorbos pequeños y regulares.
Antes de entrenar: llegar “listo” y sin molestias
Objetivo: empezar sin sensación de sequedad y sin estómago pesado.
Qué hacer
- 2–3 horas antes: beber 2–3 vasos de agua a lo largo de ese tiempo.
- 10–20 minutos antes: si hace calor o la orina está oscura, añadir medio vaso a sorbos.
Trucos que ayudan
- Evitar tragos grandes justo antes de salir para no sentir el estómago “rebotando”.
- Si el día es muy caluroso, usar agua con algo de sales (agua mineral más salada o una bebida deportiva suave).
Para reducir el flato (puntada lateral)
- Empezar de forma progresiva.
- Beber a sorbos pequeños.
- Tragar mientras se suelta el aire, no al inspirar.
- Si aparece, aflojar el ritmo unos minutos y alargar la exhalación.
Durante el ejercicio: sorbos regulares y sentido común
No existe una cifra única para todo el mundo. Lo importante es no dejar que la sed se dispare ni que el estómago se cargue.
- Hasta 45 minutos en clima templado: con agua suele bastar.
- Entre 45 y 90 minutos o con calor: apuntar a 1–2 vasos por hora, repartidos en sorbos cada 10–15 minutos.
- Más de 90 minutos o muy intenso: preferir bebida con sales (y algo de carbohidratos) para evitar calambres y bajones.
Pista de que va bien: la sed está controlada, no hay molestias de estómago y el ritmo puede mantenerse sin sensación de “apagón”.
Después del ejercicio: recuperar sin pasarse
Objetivo: volver a un estado cómodo de hidratación durante las horas posteriores.
- Beber poco a poco hasta que la orina recupere un color claro.
- Si se terminó muy sudado, tomar 2–3 vasos en la primera hora y seguir bebiendo con las comidas.
- Añadir algo salado (por ejemplo, un caldo o un pequeño puñado de frutos secos salados) o usar una bebida con sales tras esfuerzos largos o con mucho calor.
Truco sencillo: pesarse antes y después del entrenamiento. Si el peso baja, esa diferencia es sobre todo líquido; sirve para orientarse en la siguiente sesión.
Errores frecuentes y mitos sobre la hidratación
- “Si no hay sed, no se necesita beber.” La sed aparece cuando la pérdida ya es significativa; conviene una pauta mínima en esfuerzos de >45–60 min.
- “Solo agua es suficiente en tiradas largas.” En sesiones prolongadas y calurosas, el agua sin sodio puede favorecer la hiponatremia si se ingiere en exceso.
- Beber grandes volúmenes de golpe antes de salir. Aumenta el malestar abdominal y la necesidad urgente de orinar; mejor fraccionar.
- Ignorar la tolerancia gastrointestinal. El mejor plan es el que se puede ejecutar sin náuseas; probar primero en entrenamientos, no en competición.
- No ajustar por clima. La misma sesión en verano puede duplicar la necesidad de líquido frente al invierno.
- Descuidar la respiración al beber corriendo. La coordinación sorbo-exhalación reduce la aparición de flato.
Conclusiones
Hidratarse bien no es beber “muchísimo”, sino beber a tiempo y en pequeñas cantidades. Con unos hábitos simples —sorbos regulares, algo de sales cuando la sesión lo pide y reposición tranquila después— se entrena con más comodidad, menos calambres y mejor control del esfuerzo.
Preguntas frecuentes sobre la hidratación en el deporte
Agua para sesiones cortas o templadas; bebida con sales para esfuerzos largos, intensos o con calor.
Sorbos pequeños, empezar suave y coordinar la deglución con la exhalación.
Desaparece la sed persistente y la orina vuelve a un color claro en las horas posteriores.
